Además, se recibió como escolta de la Bandera. En 2007, a Carlina Díaz le diagnosticaron un cáncer de colon. Le peleó a la muerte y ganó. Ahora quiere estudiar inglés.
- 13/12/11
A los 69 años, Carlina Díaz tiene la paciencia inalterable de una abuela y las ganas de aprender de un niño.
Mientras charla con Clarín en su minúscula y humilde casa de barrio Villa Adela, busca libros viejos, cuenta anécdotas y hasta se emociona al recordar el primer “excelente” que se sacó en la escuela primaria, allá por el año 2007: “Fue como si me hubiese ganado un auto”, resume la flamante alumna que por estas horas es motivo de orgullo para toda la barriada.
Es que Carlina, además de lucharle de igual a igual al cáncer de colon, el 30 de noviembre pasado terminó la secundaria con un promedio envidiable: 8.44, que le permitió trasnformarse en escolta de la bandera.
“Me di cuenta que en la vida hay que tratar de ser alguien o llegar a algo sin importar la edad ni los problemas que uno tiene”, dice la señora Díaz. Es una mujer que enviudó hace 19 años, tiene una sola hija y un sorprendente pasado como peón de albañilería.
En febrero de 2007 y después de leer un desgastado afiche que invitaba a terminar los estudios bajo el lema “Yo puedo”, la vida de Carlina dio un giro de 180 grados.
Aunque en los comienzos, no todo fue color de rosa. “El primer día de clases sentía vergüenza por cómo me miraban mis compañeros. Era la más grande y parecía un bicho raro... Así y todo seguí adelante y me terminé ganando el afecto de todos”, dice la mujer, que hace malabares para poder llegar a fin de mes con una pensión de poco más de mil pesos.
En apenas 5 años, Carlina terminó la primaria y la secundaria. Y ahora va por más: su flamante plan es recibirse de traductora de inglés. “Good morning… ¿se pronuncia así?” consulta al fotógrafo de este diario.
En 1983, la vida y el destino la pusieron de frente a su primera batalla: después de 4 meses de internación, los médicos lograron extirparle un tumor y sobrevivió pese a que le habían pronosticado “un par de meses de vida”. “Ahí me hizo un click la cabeza. Yo no me dejo vencer por nada y voy siempre para adelante, mirando al futuro”.
En 2007 le diagnosticaron cáncer de colon. Así y todo –y después de las durísimas sesiones de quimioterapia–, Carlina volvía a su casa, se ponía boca abajo en la cama, apoyaba los libros en una silla y estudiaba para no retrasarse. “Falté un solo día porque me internaron”, aclara orgullosa.
Los libros que tiene Carlina son una verdadera reliquia. “Mirá yo consulto este manual que es el de Jota Jota Suárez. Lo encontré en un tacho de basura, lo recauchuté y lo uso a diario. Es hermoso”, indica sobre la publicación que data del año 1966. De esta forma, fue confeccionando una humilde biblioteca ya que “estoy atenta y junto las carpetas y libros que todos los chicos tiran, porque siempre hay algo que sirve”, asevera.
Durante 2007 y la mitad de 2008, Carlina caminaba a diario unas 30 cuadras para llegar al colegio Luz Vieira Méndez donde terminó la primaria. Luego, se inscribió en el bachiller José Ignacio Díaz, donde completó la secundaria en 3 años. “Llevar la bandera fue emocionante”, apunta.
A su lado, orgullosa, está Cecilia Valentín, la directora del colegio donde Carlina se recibió: “Ella es una alumna ejemplar que contagió mucho a sus compañeros. Fue un poco la contención de todos. Tiene unas ganas impresionantes”, describe a este diario y la abraza con emoción. Mientras tanto y a través de una desvencijada ventana, la vida entera pasa por el olvidado barrio Villa Adela, ubicado en las periferias de esta Capital. Carlina Díaz sigue apilando cuadernos y libros sobre la mesa.
En su mundo de carencias, la única “queja” que se le escucha es no tener el dinero suficiente para poder comprarse una computadora que le ayude con los estudios. Es que según ella “los libros te hacen una persona libre y plena”.
Está surgiendo en mí cada vez más fuerte la necesidad de encontrar noticias que no son titulares a toda página en los periódicos porque quizá tengan miedo de que ésto se transforme en una epidemia de solidaridad que tire por tierra los planes que tienen para nosotros los distintos gobiernos del mundo. Hay gente que medita, hay gente que planta de forma natural, hay gente construye con y para otros no tan afortunados. Su energía cambiará el planeta. Propongo un ejercicio sencillo: apagar el televisor y la radio y buscar en internet noticias que nos inspiren. Nuestra mente y espíritu lo agradecerá.
La fuerza del voluntariado
Cómo funciona Un Techo para mi País, la ONG que puso sobre el tapete el drama de la vivienda y la pobreza en el conurbano. El fenómeno de la participación juvenil. Mística, recaudación de fondos y la revalorización de la acción política más allá del voluntarismo
Intentan encajar la puerta. No funciona, queda ancha. Uno de ellos propone limarla. Otro la sostiene y luego van sacando astillas grandes de madera con un formón. Intentan de nuevo. El peso de la puerta sobre los hombros. Un nuevo esfuerzo de maniobras tensas. Ahora parece que sí. Un empujón más y ya está puesta. Ahora gritan, aplauden, se abrazan entre ellos. De a poco se van sumando al festejo los otros vecinos y voluntarios que acompañaban el esfuerzo unos metros más allá. La puerta está encajada. Los chicos corretean y aplauden. Los grandes también. Después de tres días bajo la lluvia, la construcción está terminada y la casa se puede inaugurar.
Esa imagen es una de las tantas postales del domingo pasado en el asentamiento Un techo para todos, de Ciudad Evita, uno de los lugares del conurbano en el que la ONG Un Techo para mi País (Utpmp) llevó a cabo su innovadora propuesta de construcción colectiva. La ONG que esta semana dejó al desnudo la crisis habitacional en las franjas más pobres del territorio bonaerense volvió a reunir en todo el país a unos 2500 voluntarios que dedicaron sábado, domingo y el feriado del lunes a montar 310 nuevas casas, 225 de ellas en distintas barriadas del Gran Buenos Aires.
La puerta ya está colocada y la emoción puede leerse en todos los ojos, las sonrisas, los abrazos. Después de la ceremonia del mate con chipá, alguien acerca la tijera: es el momento de cortar la cinta de inauguración. Es también el momento de los discursos. Rodeada por sus tres hijos y su marido, Mirta Acevedo, flamante propietaria, agradece a "los chicos" que se acercaron al barrio. "Pensaba que nos iban a mirar desde arriba, porque nosotros nos sentimos siempre allá abajo; pero ahora me doy cuenta de que somos todos personas y nos podemos juntar. Los quiero felicitar por su trabajo."
Utpmp nació en Chile, en 2001, con el objetivo declarado de trabajar contra la inequidad y la marginación en América latina. Más tarde se multiplicó hasta fundar sedes en 19 países y llegó a la Argentina en 2003: primero fue Córdoba y, en 2006, Buenos Aires. Hoy la organización suma más de 420.000 jóvenes voluntarios en todo el continente. En nuestro país, donde la propuesta de esta ONG parece haber calado hondo, ya hay 1000 voluntarios permanentes y en cada actividad -sean construcciones, campañas para juntar fondos o tareas de desarrollo comunitario en los barrios- siempre se duplica, por lo menos, el nivel del voluntariado.
Este año la ONG recibió el premio Derechos Humanos Rey de España, como reconocimiento a su labor en América latina y el Caribe. Y, ahora, decididos a que la preocupación que los mueve entre en la agenda pública con derecho a prioridad, convocaron este viernes a especialistas (entre ellos a Bernardo Kliksberg y Juan Carr) y a los miles de jóvenes que los acompañan para pasar frente al Congreso lo que bautizaron como La Noche Sin Techo. "Esta realidad no me deja dormir" es su lema, y la movida fue planeada en simultáneo con los otros 18 países de la región donde Utpmp tiene sus sedes.
Desde su fundación hace 10 años, "el Techo" -como llaman a la ONG sus propios miembros- construyó más de 80 mil viviendas en todo el continente (desde México hacia el sur) y, desde 2003, más de 3539 en Argentina. Además de la construcción de casas de emergencia, incorporó el área de desarrollo social, en la que se promueven planes de salud, alfabetización, apoyo escolar, microcréditos solidarios para emprendimientos y cursos de oficios.
Agustín "Tino" Algorta -27 años, abogado-es el director social de la ONG en Argentina, uno de los 40 puestos rentados del país. Fue voluntario durante dos años y la experiencia -dice- le cambió la vida y modificó sus prioridades profesionales: renunció a su trabajo en un estudio y hoy siente que ya no podría volver al sector privado como si nada.
El entusiasmo, la energía y la confianza se transmiten y se contagian, dice Algorta: "Todos sentimos lo mismo al principio, parecía imposible hacer una casa en tres días, pero la convicción que te transmitían los más veteranos de que se iba a poder terminar era increíble. Nos convencieron y pudimos terminarla".
¿En tres días? Sí, en tres días.
Una vez que definen el barrio en el que construirán, previo análisis a partir de encuestas que buscan definir las necesidades de cada familia, arman equipos con los voluntarios que se postulan para participar y definen roles y responsables de cada tarea. Un grupo de unos 8 a 10 jóvenes liderado por un jefe o responsable de cuadrilla construye, en tres días, una vivienda prefabricada de madera, de unos 18 metros cuadrados, sobre 17 pilotes que la aíslan del suelo. Todo se hace junto con la familia que la habitará, que, además, debe aportar el 10 por ciento del costo total, que es de $8500.
Cuando la casa está lista, convocan al barrio para hacer un diagnóstico participativo. Ahí empieza entonces la siguiente etapa, la definición de nuevas necesidades según el criterio de los propios vecinos. Esos diagnósticos no era tan fáciles de realizar al principio. "Podíamos pensar que las urgencias eran unas y nos encontramos con que eran otras", reconoce Algorta. Hoy el objetivo es elaborar un plan semestral para "fortalecer a la comunidad" y que surjan líderes naturales dentro del barrio, pero a veces se hace difícil pedirles que imaginen un barrio a cinco años cuando muchos no saben qué comerán mañana.
Tal vez la llamativa convocatoria juvenil que logra Utpmp, algo que le reconocen otros grupos de inspiración similar, podría explicarse en parte como un eco de la crisis de 2001, cuando la sociedad civil sintió que tenía que tomar la iniciativa y comenzó a tejer redes. El crecimiento es notable: hoy, a las sedes de Córdoba y Buenos Aires se suman las de Río Cuarto, La Plata, Zárate, Salta, Misiones y Neuquén.
Entonces, ¿qué hace que miles de jóvenes se sumen a esta organización? "No tenemos ningún secreto -dice Algorta-. Cuando los chicos que se suman ven una realidad que los indigna, se comprometen. Cuando hacemos actividades que al voluntario no le gustan, no va. No somos los dueños de los voluntarios", concluye.
Además de la genuina intención de colaborar, Algorta supone que el éxito de la convocatoria se basa en que "la casa es algo concreto". Por otro lado, le otorga valor al intercambio con las familias del barrio. "Se rompen prejuicios de los dos lados y siempre hay una historia distinta que moviliza. Si todos estuviésemos aburguesados, ninguno estaría acá".
Algo de eso se podía percibir durante la construcción masiva del último fin de semana, en el asentamiento de Ciudad Evita. "Compartir este momento con las familias y estar acá es un antes y un después", decía emocionada Josefina Heuck. Hacía rato que esta estudiante del CBC de Derecho esperaba cumplir los 18 años para poder sumarse a trabajar.
Algorta dice que hoy sería difícil delinear un perfil del voluntario de "el Techo". Lo que sí está claro es que son jóvenes, de entre 18 y 30 años, estudiantes o no, y que el promedio de edad es de 23. Antes eran universitarios, de clase media-alta, con su vida más resuelta que muchas otras personas. Hoy el paisaje es más variado. Y, lo que es más importante, ya son muchos los voluntarios que pertenecen a los mismos barrios en los que Utpmp realiza su trabajo solidario. De hecho, de los 2000 participantes que fueron a trabajar al conurbano el fin de semana pasado, 600 eran vecinos de las mismas barriadas bonaerenses.
En los días previos a cada construcción, tienen una actitud casi militante, que puede verse en los mensajes que envían en Twitter o en Facebook: "Hechos, no palabras #Construcción masiva" o "pronóstico para el fin de semana: 3000 jóvenes voluntarios y 310 familias construyendo juntos una realidad más digna". Además, hay que decirlo, por lo que se ve en el terreno los chicos parecen disfrutar el proceso de construcción, por difícil que sea: pasan tres días conviviendo en el barrio, cocinan y comparten la comida, duermen en bolsas de dormir en una escuela, en un gimnasio o en el lugar que cada municipio les facilite, se divierten contando anécdotas, una guitarreada o intercambiando ideas o experiencias.
Al día siguiente, cuando ya todo terminó y empiezan a guardar todo para irse, dicen que, a pesar del cansancio acumulado, extrañan la energía de aquel momento y ya comienzan a preguntar por la próxima construcción.
Pero la ayuda no viene solamente del trabaja voluntario. Sería en vano el esfuerzo si no hubiera también respaldo económico. Desde este año, el economista Bernardo Kliksberg se transformó en el principal asesor de Utpmp, tarea que realiza ad honórem. El autor de Primero la gente , escrito en coautoría con el Premio Nobel de Economía Amartya Sen, facilita contactos con universidades, organismos multilaterales, entidades gubernamentales y, además, participa en actividades que Utpmp organiza a nivel continental.
Distintas entidades y empresas como el Banco Hipotecario, Easy, Vía Bariloche, Techint, Colorín, Ternium/Siderar, Acindar e Isover también suman su apoyo, y los 40 puestos rentados en el país se cubren por convenios con el BID. La etapa de desarrollo comunitario cuenta con el respaldo del Fondo de Naciones Unidas. Además, reciben donaciones en http://www.untechoparamipais.org/ o en las colectas periódicas que organizan. Todo se agrega a una bolsa común para cubrir los gastos administrativos y los operacionales (que suman el 90 por ciento). Así, la última colecta, en la que participaron más de 10.000 voluntarios, recaudó un millón y medio de pesos (destinados a la construcción de 150 viviendas y diez sedes TET, Techo para la Educación y el Trabajo, que son los centros comunales de los barrios para la segunda etapa, de Desarrollo Social).
Las soluciones de fondo surgen de las políticas públicas. No hay vuelta que darle. Eso Algorta lo tiene claro y se percibe en la modalidad de trabajo de la ONG. Por norma, intentan siempre "articular acciones", algo que a nivel municipal logran con mayor frecuencia, aunque todavía esperan poder influir a nivel provincial y nacional.
"El Estado somos todos -dice Algorta-. Que haya asentamientos o villas no es una casualidad. El Techo ataca la marginación y la exclusión que como sociedad hacemos hacia los demás. Los que hemos tenido más oportunidades tenemos más responsabilidad para con los que han tenido menos. Lo que vemos en los barrios es que se matan buscando oportunidades, laburan y buscan conseguir cosas que nosotros tenemos sin haber hecho ningún esfuerzo. En muchos barrios no está ni el Estado ni nadie. La exclusión es el gran problema"..
Esto crece!!! Hace un rato colgué la nota anterior y luego ocurrieron dos cosas: una amiga que la leyó me escribió contándome que una de las chicas de la aldea de Epuyén estuvo en Barcelona de camino a Israel donde se ha creado una de estas aldeas, luego me encuentro con esta otra nota también escrita en el periódico "La Nación" de Buenos Aires. El cambio que todos los seres de buena voluntad queremos se está dando, tenemos que ir hacia el decrecimiento, siendo más sencillos, frugales, solidarios y espirituales. Intentemos cada uno desde sus posibilidades cambiar algo para mejor de todos.
Vivir de otra manera / En terrenos de la Ciudad Universitaria Velatropa, una aldea oculta en la CapitalTiene construcciones de barro y sus habitantes cultivan lo que consumen; la mayoría son jóvenes y se guían por el calendario maya
Por Franco Varise | LA NACION
La ciudad de Buenos Aires esconde una aldea. Sí: una aldea de verdad, con personas y construcciones rudimentarias; huertas, ritos y todo eso. Un extraño rincón de la ciudad que permanece fuera del sistema y donde el tiempo no tiene tiempo. O, por lo menos, eso es lo que desearían quienes lo habitan y construyen.
Velatropa comenzó a levantarse hace dos años en los cimientos de lo que iba a ser el pabellón cinco de la Ciudad Universitaria, frente al estadio de River Plate. El espacio, abandonado desde hace décadas, pertenece a la Universidad de Buenos Aires (UBA), que tolera su presencia, y en algún momento hubo en las proximidades otro tipo de asentamientos, como la controvertida "villa rosa", que ya no está.
Oculta entre los árboles, la vegetación y el hormigón, la curiosa ecoaldea es un secreto para la mayoría de los porteños, pero bastante difundido entre los estudiantes y las autoridades universitarias. "Sí, claro, los pibes de la aldea están por allá", indicó el encargado de la playa de estacionamiento del complejo universitario.
Un sendero por detrás de los pabellones paralelo a la orilla del río lleva hasta una especie de portal del que cuelgan unas cintas de tela y un cartel que dice: "Bienvenidos a la ecoaldea Velatropa". El camino sigue hacia las entrañas de un espacio en constante construcción. Allí surge de la nada un "refugio de invierno" que conjuga salón, mesas, sillones y sillas, un espacio de estudio, una cocina de barro y el guardabicicletas comunitario. Cuentan, también, con un panel solar para proveerse de luz y una canilla de agua corriente cedida por la UBA.
Puede parecer increíble, pero el proyecto gestado al calor de algunos estudiantes creció al punto de que los velatropenses ya son alrededor de un centenar. Los fines de semana cocinan comidas naturales que comparten entre todos y, al caer el sol, plantan un árbol frutal (hay cerezos, paltas y ciruelos). Esos retoños pugnan por crecer en una tierra generada a partir de los rellenos sobre el río.
La mayoría de los velatropenses, de entre 20 y 30 años, no vive allí y trashuman entre sus casas céntricas y esta especie de vergel ultraecológico donde no está permitido fumar -hay un sector especial para hacerlo- ni beber alcohol. Las construcciones están proyectadas a partir de barro y materiales totalmente reciclados -botellas, maderas, plásticos-, con diseños libres con aires gaudianos o modelos físicos. También hay carpas. Y un sistema informal de riego para la huerta. Los aldeanos se llaman entre sí "hermanos", se guían por el calendario maya y viven según las directrices de la "permacultura".
Velatropa no sería tan rara si no fuera porque está enclavada en plena ciudad. En la Argentina existen otras ecoaldeas, como Gaia, en la localidad bonaerense de Navarro, o Jardín Paz Mundial, en Epuyén. Pero aquí el contexto es bien distinto. Mientras los velatropenses meditan en círculo, un avión pasa a muy baja altura y ruge sobre sus cabezas antes de aterrizar en el Aeroparque. El ruido del tránsito de la avenida Leopoldo Lugones trastoca, por momentos, el silencio natural que anhelan los aldeanos.
Pero a Flor, una de las velatropenses, no parece importarle. "Esto es de todos, no es nuestro... Queremos enseñar que se puede vivir de otra manera con respeto a la tierra, en paz y en armonía con la naturaleza", dice esta estudiante de física con un nivel de argumentación contundente. "Mi familia dice que soy otra persona desde que estoy acá y están recontentos, porque antes de encontrar este lugar alquilaba un departamento con amigas, trabajaba de camarera y ni siquiera había terminado el secundario. Acá encontré un sentido a mi existencia", agregó.
En realidad, los velatropenses no quisieron participar de esta nota, al señalar que no están "preparados" para enfrentar a la prensa. Es que quizá resulte muy sencillo encontrar la aldea, pero, en cambio, no es tan fácil conocer a los "aldeanos" un poco más allá de lo que consideran su "obra".
Consejos Velatropa, aunque parezca a primera vista libertaria, está regida por una organización compuesta por dos consejos que toman las decisiones en reuniones programáticas que se realizan dos veces por semana. Incluso tienen un blog (
La idea es que quien desee participar de la iniciativa realice tareas concretas. "No podés caer con una carpa y quedarte sin hacer nada", susurra uno de ellos con el ceño bastante serio. "Es un nodo ecológico de desarrollo sustentable, interdisciplinario y autogestionado por estudiantes de la UBA", puede leerse en un folleto sobre la mesa del refugio. Y sigue: "Nuestro proyecto a futuro es, en combinación con las autoridades de la UBA, poder reciclar toda la basura de la Ciudad Universitaria".
A estas alturas, la pregunta se plantea sola: ¿y de qué viven? Ellos aclaran que tienen un nivel de gasto casi nulo. No parece extraño a simple vista, aunque también cocinan empanadas que venden entre los alumnos de la Ciudad Universitaria, donde ya son un clásico. Todos son vegetarianos y buena parte de los productos que consumen son el fruto de las huertas diseñadas sobre terrenos formados con escombros de hormigón.
El secreto no puede mantenerse para siempre. En Velatropa lo saben, y aunque los perturba, confían en seguir adelante, reciclándose. .aldeavelatropa.blogspot.com) donde difunden sus técnicas de producción, reciclado y construcción. A minutos del Obelisco, Velatropapropone un modo de vida ecológico y autosustentable. Foto: LA NACION / Fernanda Corbani
Como veréis hay muchos mundos y todos están en éste. Hay muchos cambios y no todos se publican, pero cuando la cantidad de personas involucradas en ellos desde el corazón forme la "masa crítica", todos estaremos "condenados" a vivir en una dimensión más humana y espiritual a la vez. Así sea.
Una pequeña aldea al margen de la política
lanacion.com – Hace 19 horas
Una pequeña aldea al margen de la política
EPUYEN (Chubut).- Pasando La Rinconada, al final del sendero, se esconde entre las montañas una pequeña aldea donde los políticos no tienen ni la menor posibilidad de seducir votantes.
No hay luz eléctrica y sus habitantes no ven televisión ni escuchan radio. No tienen idea de slogans ni de plataformas electorales. Saben, sí, que este año hay elecciones, pero no les importa.
Los pobladores del Jardín de Paz Mundial -así se llama- ni siquiera viven en el mismo tiempo que la mayoría de los mortales. Para ellos, hoy es dali 22 de la luna eléctrica del venado del año mago rítmico. Ellos trabajan en un "experimento" que ya lleva más de diez años: vivir "el tiempo natural de las 13 lunas en armonía con la naturaleza".
Y la indiferencia con los políticos es mutua: "No, no hacemos campaña ahí, ¿para qué? si ellos no votan", dice Antonio Reato, intendente de Epuyén.
En el Jardín no les gusta la idea de "partidos" porque se declaran defensores de la unión, creen que los gobernantes viven en un tiempo falso, despreocupados por "el fin del ciclo" que se avecina (2012 será clave, anuncian), y la única militancia que apoyan es la de la oración y la meditación. "Yo milito por una cuestión planetaria", cuenta seria Estrella Resonante Amarilla, hija de una militante revolucionaria brasilera.
En Epuyén los llaman "los hippies" o "los mayas", pero ellos aclaran que no son ni lo uno ni lo otro. Siguen "un brote profético de la siembra maya galáctica" (algo parecido al calendario maya) y dicen que el tiempo del hippismo ya pasó. "No estamos aislados. No somos contra nada, tampoco contra sistema, si todos venimos de ahí", dice Estrella, que cuando todos la llamaban Flavia Motta trabajaba en una multinacional naviera en San Pablo. No vota y si quisiera, no podría. Aunque hace más de 10 años que vive en el Jardín, nunca hizo el cambio de domicilio. No obstante, advierte que sí le preocupan los problemas del mundo y que "sería bueno que en vez de gobernador hubiera un gobernamor".
Ella fundó el Jardín junto con Noche Galáctica (en los papeles, Pablo Ramil), con quien tuvo dos hijos. Hoy están separados, pero se llaman entre sí "hermanos", como todos en la aldea. "No voy a votar, no me interesa. No hay por qué votar y no hay por qué vacunar, pero a eso nos obligan", protesta Noche Galáctica, con una sonrisa mansa propia de quien tiene una respuesta que muchos buscan.
Los habitantes del Jardín son entre 20 y 50 personas según la época del año (la aldea crece cuando vienen visitantes a compartir la experiencia durante "13 lunas"). Buena parte, extranjeros. No tienen líderes ni asambleas. Dicen que sin ruidos externos, desarrollaron una telepatía natural que les evita mayores discusiones. Sin embargo, para quien llega de afuera, Estrella y Noche se ven como referentes. El creció en Tigre y vive hace más de 26 años en la zona. Es el dueño de las tierras donde levantaron el Jardín: un puñado de casas de madera que ellos mismos construyeron y algunas carpas (los primeros tiempos, todo el que llega vive en carpa), en medio de pequeñas parcelas sembradas con toda prolijidad. De fondo, al otro lado del Río Blanco, el paisaje es de precordillera, con grandes montañas nevadas.
Los "hermanos" no mandan a sus hijos al colegio; dicen que ellos son la escuela. "Enseñar no es natural", afirma Noche. Comen lo que cultivan, no fuman, no toman alcohol ni consumen drogas y se pasan el día trabajando en la huerta, meditando por el despertar planetario y estudiando. Cuentan que temen que pronto pueda "pasar algo": ya no funcione lo electrónico y todo el mundo deba comer lo que siembra, como ellos.
En Epuyen no resultan muy excéntricos. A esta zona, en las cercanías de El Bolsón, llegaron muchos hippies en los 60' y los 70'.
Dragón ya no vive en la aldea, pero está de visita. Antes de ser parte del Jardín vivió en una carpa en Velatropa (un experimento parecido, pero urbano, levantado en Ciudad Universitaria). De chaleco tejido, boina y zapatillas All Stars, toca unos tamborcitos frente al fuego donde Estrella cocina. El cuenta que no vota, pero que tampoco votaba cuando estaba en Buenos Aires. "No hay nadie que me estimule. Cosas ya tenemos: no hay que buscar más tierras, alimentos ni mano de obra -dice-. Si queremos una sociedad igualitaria, no es cuestión de votar a alguien. El poder de transformar está en uno".
Tiene un hijo con Tormenta Galáctica (Carla Zicarelli), de 24 años. Ella es la única que votó este año, cuando viajó a Buenos Aires a visitar a su familia. "No me acuerdo a quién voté, pero sé que a Macri no. Igual yo no creo en los gobiernos. El cambio está en uno", afirma Tormenta, convencida de que es muy poco útil cualquier líder político que no viva "la ley del tiempo".
Los nombres de los habitantes de la aldea no son antojadizos. Corresponden al "kin" de cada uno, que se obtiene haciendo unos cálculos que toman como base la fecha de nacimiento. El kin, que describe a la persona, incluye un color: rojo, blanco, azul o amarillo. En el Jardín se distribuyen las tareas por grupos según esos colores. Cada día, al igual que cada persona, tiene un kin.
Y el trabajo no es poco. La jornada empieza a las 6 con dos horas de meditación y después cada uno labra la tierra, cocina o limpia. "No somos hippies, no hicimos la cosa romántica de dejarlo todo y venir a la montaña. Vivimos un experimento y trabajamos mucho: de día, acá; de noche, en los otros planos", dice Estella, y advierte: "Vagos acá no aguantan."
No quieren ampliar mucho la aldea y se niegan a aparecer en fotos (sólo permitieron una de su huerta), pero aceptan invitados para darles a conocer el "tiempo natural". A ellos se les sugiere que donen por su estadía el equivalente a lo que gastarían en sus casas. Con ese dinero, los hermanos compran los bienes que necesitan y no producen. "Acá puede venir cualquiera. No importa quién sos, acá sos un kin. Puede venir Bush y no me importa, pero tiene que lavar su plato", dice Noche Galáctica. Claro que no le llamarían Bush, George ni Junior; acá sería Luna Cristal Roja
La muerte de Jobs, el creador de APPLE a muchos dejará indiferente porque no se analizan las consecuencias de su creación para el mundo de la informática. Pero eso no es lo más importante, lo más importante es su filosofía de vida que queda plasmada en este discurso que adjunto. Es un aprendizaje para la vida.
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El discuso de graduación que Steve Jobs impartió el 12 de junio de 2005 en la Universidad de Stanford está considerado como ejemplo de oratoria, por su estilo pero sobre todo por la carga emocional de su contenido, lleno de humildad, nada que ver con la pomposa presentación a la que recurría en el lanzamiento de cada uno de sus productos tecnológicos. En él habló de la muerte, tras haber sido diagnosticado un año antes con una rara forma de cáncer de páncreas.
"Me siento honrado de estar con vosotros hoy en esta ceremonia de graduación en una de las mejores universidades del mundo. Yo nunca me licencié. La verdad, esto es lo más cerca que he estado de una graduación universitaria.
Hoy deseo contaros tres historias de mi vida. No es gran cosa. Sólo tres historias. La primera trata de conectar puntos. Me retiré del Reed College a los seis meses y seguí yendo de modo intermitente otros 18 meses más antes de abandonar los estudios. ¿Por qué lo dejé? Comenzó antes de que yo naciera. Mi madre biológica era una joven estudiante de universidad, soltera, que decidió darme en adopción. Ella creía firmemente que debía ser adoptado por estudiantes graduados. Por lo tanto, todo estaba arreglado para que apenas naciera fuera adoptado por un abogado y su esposa; salvo que cuando nací decidieron en el último minuto que en realidad deseaban una niña. De ese modo, mis padres, que estaban en lista de espera, recibieron una llamada en medio de la noche preguntándoles: "Tenemos un niño no deseado; ¿lo quieren?". Ellos contestaron: "Por supuesto".
Cuando mi madre biológica se enteró que mi madre nunca se había graduado en la universidad y que mi padre tampoco tenía el graduado escolar se negó a firmar los papeles de adopción definitivos. Sólo cambió de parecer unos meses más tarde cuando mis padres le prometieron que algún día iría. A los 17 años fui a la universidad. Ingenuamente elegí una casi tan cara como Stanford y todos los ahorros de mis padres, de clase obrera, se fueron en la matrícula. Seis meses después yo no había sido capaz de apreciar el valor de su esfuerzo. No tenía idea de lo que quería hacer con mi vida y tampoco sabia si la universidad me ayudaría a deducirlo. Y ahí estaba yo, gastando todo el dinero que mis padres habían ahorrado durante toda su vida. Decidi retirarme y confiar en que todo iba a resultar bien. En ese momento fue aterrador, pero mirando hacia atrás es una de las mejores decisiones que he tomado. Prescindí de las clases obligatorias, que no me interesaban, y comencé a asistir irregularmente a las que sí consideraba interesantes.
No todo fue romántico. No tenía dormitorio, dormía en el suelo de las habitaciones de amigos, llevaba botellas de Coca Cola a los depósitos de 5 centavos para comprar comida y caminaba 11 kilómetros, cruzando la ciudad todos los domingos de noche, para conseguir una buena comida a la semana en el templo Hare Krishna. Me encantaba. La mayoría de cosas con las que tropecé, siguiendo mi curiosidad e intuición, resultaron ser posteriormente inestimables. Por ejemplo, en ese tiempo Reed College ofrecía quizás la mejor instrucción en caligrafía del país. Todos los afiches, todas las etiquetas de todos los cajones estaban bellamente escritos en caligrafía a mano en todo el campus. Como había abandonado el curso y no tenía que asistir a las clases normales, decidí tomar una clase de caligrafía para aprender. Aprendí de los tipos serif y san serif, de la variación en el espacio entre las distintas combinaciones de letras, de lo que hace que la gran tipografía sea lo que es. Era artísticamente hermoso, histórico, de una manera en que la ciencia no logra capturar, y lo encontré fascinante.
A priori, nada de esto tenía una aplicación práctica en mi vida. Diez años después, cuando estaba diseñando el primero ordenador Macintosh, todo tuvo sentido para mí. Y todo lo diseñamos en el Mac. Fue el primer ordenador con una bella tipografía. Si nunca hubiera asistido a ese único curso en la universidad, el Mac nunca habría tenido múltiples tipografías o fuentes proporcionalmente espaciadas. Y como Windows no hizo más que copiar a Mac, es probable que ningún PC la tuviese. Si nunca me hubiera retirado, nunca habría asistido a esa clase de caligrafía, y los ordenadores personales carecerían de la maravillosa tipografía que llevan. Por supuesto era imposible conectar los puntos mirando hacia el futuro cuando estaba en la universidad. Sin embargo, fue muy, muy claro mirando hacia el pasado diez años después.
Reitero, no podéis conectar los puntos mirando hacia el futuro; solo podéis conectarlos mirando hacia el pasado. Por lo tanto, tenéis que confiar en que los puntos, de alguna manera, se conectarán en vuestro futuro. Tenéis que confiar en algo, lo que sea. Nunca he abandonado esta perspectiva y es la que ha marcado la diferencia en mi vida.
La segunda historia es sobre amor y pérdida. Fui afortunado, porque descubrí pronto lo que quería hacer con mi vida. Woz y yo comenzamos Apple en el garaje de mis padres cuando tenía 20 años. Trabajamos duro y en 10 años Apple había crecido a partir de nosotros dos en un garaje, transformándose en una compañía de dos mil millones con más de 4.000 empleados. Recién habíamos presentado nuestra más grandiosa creación -el Macintosh- un año antes y yo recién había cumplido los 30.
Luego me despidieron. ¿Cómo te pueden despedir de una compañía que fundaste? Bien, debido al crecimiento de Apple contratamos a alguien que pensé que era muy talentoso para dirigir la compañía conmigo. Los primeros años las cosas marcharon bien. Sin embargo, nuestras visiones del futuro empezaron a desviarse y finalmente tuvimos un encontronazo. Cuando ocurrió, la Dirección lo respaldó a él. De ese modo a los 30 años estaba afuera. Y muy publicitadamente fuera. Había desaparecido aquello que había sido el centro de toda mi vida adulta. Fue devastador. Por unos cuantos meses, realmente no supe qué hacer. Sentía que había decepcionado a la generación anterior de empresarios, que había dejado caer el testimonio cuando me lo estaban pasando. Me encontré con David Packard y Bob Noyce e intenté disculparme por haberlo echado todo a perder tan estrepitosamente. Fue un absoluto fracaso público e incluso pensaba en alejarme del valle [del silicio, California]. No obstante, lentamente comencé a entender algo. Todavía amaba lo que hacía. El revés ocurrido con Apple no había cambiado eso ni un milímetro. Había sido rechazado, pero seguía enamorado. Y decidí empezar de nuevo.
En ese entonces no lo entendí, pero ser despedido de Apple fue lo mejor que podía haberme pasado. La pesadez de tener exito fue reemplazada por la iluminación de ser un principiante otra vez. Me liberó y entré en una de las etapas más creativas de mi vida. Durante los siguientes cinco años, fundé una compañia llamada NeXT, otra empresa llamada Pixar, y me enamoré de una asombrosa mujer que se convirtió en mi esposa. Pixar continuó y creó la primera película en el mundo animada por ordenador, Toy Story, y ahora es el estudio de animación de más éxito a nivel mundial. En un notable giro de los hechos, Apple compró NeXT, regresé a Apple y la tecnología que desarrollamos en NeXT constituye el corazón del actual renacimiento de Apple.
Con Laurene tenemos una maravillosa familia. Estoy muy seguro de que nada de esto habría sucedido si no me hubiesen despedido de Apple. Fue una amarga medicina, pero creo que el paciente la necesitaba. En ocasiones la vida te golpea con un ladrillo en la cabeza. No perdáis la fe. Estoy convencido que lo único que me permitió seguir fue que yo amaba lo que hacía. Tenéis que encontrar lo que amáis. Y eso es tan válido para el trabajo como para el amor. El trabajo llenará gran parte de vuestras vidas y la única manera de sentirse realmente satisfecho es hacer aquello que creéis que es un gran trabajo. Y la única forma de hacer un gran trabajo es amar lo que se hace. Si todavía no lo habéis encontrado, seguid buscando. No os detengáis. Al igual que con los asuntos del corazón, sabréis cuando lo habéis encontrado. Y al igual que cualquier relación importante, mejora con el paso de los años. Así que seguid buscando. Y no os paréis.
La tercera historia es sobre la muerte. Cuando tenía 17 años leí una cita que decía algo parecido a "Si vives cada día como si fuera el último, es muy probable que algún día hagas lo correcto". Me impresionó y en los últimos 33 años, me miro al espejo todas las mañanas y me pregunto: "Si hoy fuera en último día de mi vida, ¿querría hacer lo que estoy a punto de hacer?" Y cada vez que la respuesta ha sido "no" varios días seguidos, sé que necesito cambiar algo.
Recordar que moriré pronto constituye la herramienta más importante que he encontrado para tomar las grandes decisiones de mi vida. Porque casi todas las expectativas externas, todo el orgullo, todo el temor a la vergüenza o al fracaso todo eso desaparece a las puertas de la muerte, quedando solo aquello que es realmente importante. Recordar que vas a morir es la mejor manera que conozco para evitar la trampa de pensar que tienes algo que perder. Ya estás desnudo. No hay ninguna razón para no seguir a tu corazón.
Casi un año atrás me diagnosticaron cáncer. Me hicieron un escáner a las 7:30 de la mañana y claramente mostraba un tumor en el páncreas. ¡Ni sabía lo que era el páncreas! Los doctores me dijeron que era muy probable que fuera un tipo de cáncer incurable y que mis expectativas de vida no superarían los seis meses. El médico me aconsejó irme a casa y arreglar mis asuntos, que es el código médico para prepararte para morir. Significa intentar decir a tus hijos todo lo que pensabas decirles en los próximos 10 años, en unos pocos meses. Significa asegurarte que todo esté finiquitado de modo que sea lo más sencillo posible para tu familia. Significa despedirte.
Viví con ese diagnóstico todo el día. Luego por la tarde me hicieron una biopsia en que introdujeron un endoscopio por mi garganta, a través del estómago y mis intestinos, pincharon con una aguja el páncreas y extrajeron unas pocas células del tumor. Estaba sedado, pero mi esposa, que estaba allí, me contó que cuando examinaron las células en el microscopio, los doctores empezaron a llorar porque descubrieron que era una forma muy rara de cáncer pancreático, curable con cirugía. Me operaron y ahora estoy bien. Es lo más cerca que he estado a la muerte y espero que sea lo más cercano por unas cuantas décadas más.
Al haber vivido esta experiencia, puedo contarla con un poco más de certeza que cuando la muerte era puramente un concepto intelectual: Nadie quiere morir. Incluso la gente que quiere ir al cielo, no quiere morir para llegar allá. La muerte es el destino que todos compartimos. Nadie ha escapado de ella. Y es como debe ser porque la muerte es muy probable que sea la mejor invención de la vida. Es su agente de cambio. Elimina lo viejo para dejar paso a lo nuevo. Ahora mismo, vosotros sois lo nuevo, pero algún día, no muy lejano, seréis los viejos. Y seréis eliminados. Lamento ser tan trágico, pero es cierto. Vuestro tiempo tiene límite, así que no lo perdáis viviendo la vida de otra persona. No os dejéis atrapar por dogmas, no viváis con los resultados del pensamiento de otras personas. No permitáis que el ruido de las opiniones ajenas silencie vuestra voz interior. Y más importante todavía, tened el valor de seguir vuestro corazón e intuición, porque de alguna manera ya sabéis lo que realmente queréis llegar a ser. Todo lo demás es secundario.
Cuando era joven, había una asombrosa publicación llamada The Whole Earth Catalog, una de las biblias de mi generación. Fue creada por un tipo llamado Steward Brand no muy lejos de aquí, en Menlo Park, y la creó con un toque poético. Fue a finales de los 60, antes de los ordenadores personales y de la edición mediante microcomputadoras. Se editaba usando máquinas de escribir, tijeras y cámaras Polaroid. Era como Google en tapas de cartulina, 35 años antes de que apareciera Google. Era idealista y rebosante de hermosas herramientas y grandes conceptos. Steward y su equipo publicaron varias ediciones del The Whole Earth Catalog y luego, cuando seguía su curso normal, publicaron la última edición. Fue a mediados de los 70 y yo tenía vuestra edad. En la contraportada de la última edición, había una fotografía de una carretera en medio del campo a primera hora de la mañana, similar a una en la que estaríais haciendo dedo si fuérais así de aventureros. El pie de foto decía: "Seguid hambrientos. Seguid alocados". Fue su mensaje de despedida. Siempre lo he deseado para mí. Y ahora, cuando estáis a punto de graduaros para empezar de nuevo, es lo que os deseo. Seguid hambrientos. Seguid alocados".
Generalmente los periódicos nos inundan con noticias catastróficas sobre la economía, la política, la sanidad...pero esta noticia aparecida en Página 12 de Argentina nos da otra visión del ser humano como constructor de su propia realidad derribando las barreras de las creencias que nos impone la sociedad. ¿Se puede? Se puede. Fanny nos lo demuestra con su ejemplo. Yo
APROBO LA TESIS EN FILOSOFIA Y LETRAS DE LA UBA, CON MENCION ESPECIAL
Ante la presencia de hijos, nietos y bisnietos, amigas y compañeros de estudios, expuso su tesis, veinte años después de haberse graduado en esa misma facultad. “Quiero que mi historia sirva de estímulo para otra gente grande”, dijo.
Por Soledad Vallejos
“Terminé”, dijo la señora menuda de ojos claros. Durante 40 minutos había defendido su tesis en la penumbra, mientras su nieta, al lado, pasaba diapositivas del power point que acompañaba la exposición. A los 85 años (“86 en dos meses”), Fanny Sztern se convirtió en Magister de la UBA en Literaturas Española y Latinoamericana. Antes de que el jurado alcanzara a comenzar la devolución, una platea de señoras abrigadas con tapados de piel, treintañeros que habían grabado toda la intervención en video, hijos, nietos, algún bisnieto y compañeras de la examinada, estalló en aplausos. Coquetísima, Sztern sonrió; aprovechando el barullo, volteó con disimulo hacia su nieta Judith y le preguntó por lo bajo: “¿Estuve bien?”. Un rato después, las intervenciones del jurado confirmaban que sí había estado a la altura: la tesis, llegó a decir uno de ellos, era “amable, porque es la tesis que todo jurado quiere leer”, y, acotó otra integrante, estaba claramente escrita “desde el deseo, no como un paper burocrático”; todo ello amén del rigor teórico y los aportes al campo. Ella sonreía y agradecía.
Pero aún conmovida, rodeada de su familia y amigos, en medio del agasajo con leikaj y delicias caseras que había preparado para celebrar la ocasión, aun luego de haber cumplido con el último paso de un posgrado que cerraba a 20 años de haberse graduado en Letras en la misma universidad, algo la inquietaba. Mirando a los ojos y tomando de la mano para reforzar lo sincero de su inquietud, Sztern comentaba: “No sé todavía cómo me van a calificar”.
Tiene 10 nietos, 17 bisnietos, un bisnieto más, cuyo nacimiento es cuestión de días. Está terminando de corregir un libro de ficción cuyo contenido no quiere revelar “hasta que no lo publique”. “¿Sabés qué pasa? Tengo la idea de que se puede hacer por TV, como unitario. Por eso no quiero contar el tema. Prefiero esperar”, comentaba cuando para el coloquio todavía faltaban algunas horas. Quizá se acostumbró a hacer productivas las pausas entre los momentos intensos de su vida. Entre la fecha en que logró la licenciatura en Letras y el inicio de la maestría, por ejemplo, recuerda que estuvo “trabajando, estudiando otras cosas, escribiendo”. Por ejemplo: nomás recibirse, se asoció “con otras tres chicas” y entre todas proyectaron un emprendimiento. “Pusimos una escuelita. Una de las chicas era recibida en Arte, otra en Psicología y otra en Ciencias de la Educación. Yo era la mayorcita. No funcionó mucho tiempo porque era difícil mantener un colegio, pero fue una época muy linda de mi vida. Igual eso ya pasó.”
En la Facultad de Filosofía y Letras le dijeron más de una vez que “es un caso insólito” el de una maestranda cursando seminarios a los 80 y tantos. Pero ella, dice, no podía hacer otra. ¿Por qué hacer un posgrado? “Porque me gusta. Siempre me gustó estudiar. Haría otra maestría y bueno, hice un seminario de más” en la cursada. En la espera del dictamen del jurado, mientras Sztern paliaba la ansiedad conversando con unas amigas coquetísimas que habían sacado tapaditos de piel para la ocasión, algunas de sus compañeras sonreían como si la tesis hubiera sido propia. María Luisa recordaba “la pasión de Fanny”, que era capaz de descubrir todas las bibliotecas hasta dar con el material que necesitaban todos. Un poco más allá, Schana, que llegó desde Brasil para seguir estudiando en Argentina, todavía se asombraba por la persistencia: “Esta maestría tiene muchísimos seminarios y carga horaria, es casi la mitad de tiempo que una carrera de grado. Cursábamos de lunes a viernes. A veces salíamos tarde, a las diez de la noche. Ella no faltaba. A su edad. Imaginate”. De su cohorte, sólo seis alumnos llegaron a cumplir todos los seminarios y presentar una tesis.
Sobre el escritorio, mientras defendía su trabajo, la acompañaban un Foucault (El orden del discurso), las obras completas de Borges, sus apuntes. Hacía unos instantes, se había sentado frente a ella, en primera fila, Marcela Croce. (“¿Y quién es esa señora?”, había preguntado un señor canoso de campera negra a un lado de esta cronista. Una señora le informó que se trataba de “la tutora de Fanny”. “¿Y qué viene a ser mío, si es la tutora de mamá?”). También en primera fila estaba el jurado: Ana Zubieta, Ernesto Foffani, Susana Cella. La tesis, “Interdiscursividad en tres períodos de la literatura argentina. Discurso positivista, discurso tecnológico y discurso jurídicoforense”, la llevó a repasar autores canónicos y ponerlos, cada vez, en relación con modos de lectura, pero también con la historia, donde lo colectivo y la primera persona podían encontrarse. Referir el higienismo positivista la llevó a Cesare Lombroso, “que cuando estuvo en Argentina, visitó la penitenciaría de Las Heras, de la que fue director José Ingenieros. Bueno, yo me acuerdo de esa cárcel”. En el trayecto de escribir su tesis, además de revisar la irrupción del radioteatro en la vida cotidiana y la literatura (“eso también lo viví yo”), se topó con el efecto de sus estudios en el mundo. Hace unos años, recordó, su hija Analía había sido invitada a exponer sobre desmanicomialización en un congreso profesional. “Yo le había comentado lo que estaba trabajando sobre El alienista, de Machado de Asís. Ella lo relacionó con la psiquiatría actual. Sorprendió a todos en ese congreso, y ayudó a un cambio en la ley de Río Negro”, contó, emocionada y sobria a la vez, mientras su nieta la alentaba palmeándole suavecito la espalda.
“El único propósito que me guía es que tengan un poco más en cuenta a la gente grande”, había dicho unos días antes. ¿Quiénes? “Todos.” A las personas mayores, muchas veces “las dejan de lado, son marginadas. Es gente que todavía es útil, que existe. Y también quiero que mi historia sirva de estímulo para otra gente grande: también pueden hacer cosas. Lo mismo la juventud. No es por arrogante, pero mi caso puede ser un impulso para que otros vean que pueden. Una persona potencialmente puede todo”.
El jurado, que había elogiado la tesis por su solidez teórica, el planteo de nuevos temas de investigación y la pasión de la escritura, se tomó un tiempo para deliberar. Al terminar, comunicó el dictamen a la interesada: 10 sobresaliente suma cum laude.
Este decálogo es tan completo y profundo que trasciende y abarca toda religión. Es lo que debe ser. A lo que aspiramos todos los que trabajamos para mejorarnos y enriquecernos por dentro, dia a dia.
"Termina siempre lo que comenzaste.
Haz lo que estás haciendo lo mejor posible.
No te encadenes a nada que a la larga te destruya.
Desarrolla tu generosidad sin testigos.
Trata a cada persona como si fuera un pariente cercano.
Ordena lo que has desordenado.
Aprende a recibir, agradece cada don.
Cesa de autodefinirte.
Ayuda a tu prójimo sin hacerlo dependiente.
Haz planes de trabajo y cúmplelos.
No ocupes demasiado espacio.
No te apropies de nada ni de nadie.
Reparte equitativamente.
No emitas juicios ni críticas cuando desconozcas la mayor parte de los hechos.
No establezcas amistades inútiles.
No sigas modas.
No te vendas.
Respeta los contratos que has firmado.
Sé puntual.
No envidies los bienes o los éxitos del prójimo.
Habla sólo lo necesario.
Realiza tus promesas.
En una discusión ponte en el lugar del otro.
No elimines, transforma.
Vence tus miedos, cada uno es un deseo que se camufla.
Ayuda al otro a ayudarse a sí mismo.
Transforma tu odio en caridad.
No te alabes ni te insultes.
Desarrolla tu imaginación.
No te adornes con ideas ajenas.
No rindas cuentas a nadie, sé tu propio juez.
Nunca te definas por lo que posees.
Nunca hables de ti sin concederte la posibilidad de cambiar.
Cuando te enfermes, en lugar de odiar ese mal considéralo tu maestro.
No mires con disimulo, mira fijamente.
En el lugar en que habites consagra siempre un sitio a lo sagrado.
Si dudas entre hacer y no hacer, arriésgate y hazlo.
Obtén para repartir.
Si estás meditando y llega un diablo, pon ese diablo a meditar."
En estos momentos donde el peligro de una manipulación de la mente humana ya ha dejado de ser una idea disparatada para convertirse en una realidad, encontrar estos párrafos escritos por Andreas Faber Kaiser es todo un desafío y una revelación. Aprovechemos este recurso que está en nosotros para contrastar toda la información que nos llega. No seamos ingenuos, ya casi no tenemos libertades. Busquemos en nuestro interior las respuestas, confiemos en nuestra conciencia. Somos tan libres como nos permitamos ser.
“Para no dejarse arrastrar por la corriente sólo queda un recurso. Afortunadamente, al alcance de todos y cada uno de nosotros: pensar. Uno puede estar limitado por el medio en el que se ve obligado a moverse, pero lo que uno no puede permitir jamás es que otros decidan por él.
… Ninguna secta, ninguna religión, ningún grupo, ningún partido, ningún gobierno, ninguna nación, ningún equipo deportivo, ningún medio informativo, ningún líder, ningún mensaje del más allá debe ser nunca más importante que uno mismo. Porque ello supone indefectiblemente la pérdida de la libertad personal de cada uno. Sólo cuando hayan quedado desmontadas todas las religiones, todos los grupos, todos los sistemas de gobierno, todos los sistemas de dominio, todas las formas de influencia, sólo entonces todos y cada uno de los individuos de la especie humana podrán considerarse intrínsecamente libres. Pero insisto en que el alcance de esta utopía sólo será factible cuando todos y cada uno de esos individuos apliquen la herramienta que para ello les ha dado la naturaleza (por decir alguna cosa): la facultad de raciocinio, la facultad de pensar.
… Por esa meta vale la pena luchar con todas nuestras fuerzas, porque si perdemos esa batalla perderemos con ella la única libertad que nos queda. Que cada cual sea dueño única, pero totalmente de su mente. Porque la libertad mental es la que más nos permite aproximarnos al ideal de libertad.“
Por intermedio de una amiga me llegó este artículo que como dice al principio de la nota, me hace creer que hay futuro.
Gunter Pauli, economista.y polifacético empresario, creador de la economía azul
Victor-M Amela, Ima Sanchís, Lluís Amiguet
"La cebra es el modelo de la eficacia energética"
25/05/2011 - 00:19
·
Hay futuro
Viene de Alemania, va para Japón (los gobiernos de ambos países están estudiando con Pauli alternativas a la energía nuclear). Hace un alto en Barcelona para charlas con los estudiantes del Instituto de Arquitectura Avanzada de Catalunya. Y es un gusto escucharle en estos tiempos de crisis. Pauli ha dejado atrás la economía verde, inviable por costosa, y propone copiar a la naturaleza para alcanzar la eficacia. Los cien proyectos empresariales que ya están funcionando (recogidos en La economía azul, Tusquets) y que abarcan variados sectores de la economía demuestran que es posible un modelo empresarial sostenible y competitivo, con beneficios ambientales, financieros y sociales.
Monté mi primera empresa en Tokio en 1981 y le siguieron doce más, pero a los 37 años lo vendí todo para dedicarme al diseño de un nuevo modelo económico.
La economía azul.
Sí. La economía verde requiere que las empresas inviertan más y los consumidores paguen más para conseguir lo mismo a cambio de preservar el medio ambiente. La economía azul consiste en entender los desechos como recursos y busca soluciones inspiradas en el diseño de la naturaleza.
¿Cómo se gestó?
En 1994 fui invitado a Japón para diseñar un nuevo modelo económico sin emisiones ni basura tres años antes del protocolo de Kioto, porque yo acababa de realizar la primera fábrica ecológica del mundo en Bélgica, una fábrica de detergentes sin desechos.
¿Por qué lo vendió todo?
Visitando al proveedor en Indonesia de mi materia prima, ácidos grasos de la palma africana, vi que los agricultores estaba destruyendo la selva para plantar grandes extensiones de palma.
Destruían el hábitat del orangután para mantener limpios los ríos de Europa.
Exacto, por eso he querido demostrar con éxito que hay maneras de aplicar la física, la química y la biología con materiales renovables y mediante prácticas sostenibles, tal como hacen los ecosistemas. La economía azul se basa en la regeneración.
¿Por ejemplo?
Soy responsable del primer hospital autosuficiente, en agua, alimentos y energía, en Colombia. Ideé la primera y mas grande fábrica ecológica del mundo con el techo de pasto para controlar la temperatura.
En la Exposición mundial de Hannover (2000) construyó un pabellón de bambú.
4.500 palos de bambú de nueve metros para tener una muestra de esa maravilla arquitectónica: el acero vegetal. Hay mil millones de personas que viven en casas de bambú, pero piensan que es símbolo de su pobreza. En realidad, es un material de excelente calidad, plenamente sostenible y resistente a los seísmos. Lo que quiero es provocar un cambio en la sociedad, y para eso se necesitan modelos.
Bien, pues déme modelos.
En lugar de construir tu casa puedes cultivarla. Con 100m2 puedes sembrar bambú y en tres años tendrás 65 varas para hacer una casa de dos pisos con balcón por 1.500 euros. En el sur, donde se necesita el mayor volumen de construcción, hay bambú en más de 100 países.
Mucho mejor que ladrillo y uralita.
En el 2005 creé las primeras oficinas inspiradas en la cebra: el juego del negro y blanco mejora la temperatura de los edificios, refresca en verano (baja la temperatura cinco grados) y conserva el calor en invierno. Es el símbolo de la eficiencia energética.
Increíble.
Como está hay cien ideas más aplicadas a muy distintos campos y puestas en práctica.
¿Y de dónde las ha sacado?
Pase tres años con 82 científicos. Así obtuve los diseños de sistemas integrados que me permitían no tener ni basura ni emisiones. A partir de ahí fundé en 1994 la Zero Emissions Research & Initiatives, red global de mentes creativas con más de 3.000 científicos. Yo me encargo del modelo de negocio.
¿Competitivo y ecológico?
A base de innovación hemos demostrado que lo mejor es a menudo lo más barato. No aguanto la lógica de que la comida basura sea la más económica y la que es saludable la más costosa. Todos mis proyectos son económicos, sostenibles y sociales.
Déme más ejemplos.
De las cápsulas de café ingerimos el 2%, el resto es desecho, toneladas, y el café es el segundo producto intercambiado en el mundo tras el petróleo. Hace 15 años iniciamos un programa de cultivo de hongos tropicales (que son muy saludables) de gran calidad en desechos de café a un precio supercompetitivo. Hoy tenemos a 15.000 personas cultivándolos. Además…
¿Hay más?
... El desecho de café es muy rico en aminoácidos esenciales, excelente para las gallinas y para piensos de gatos y perros. Mi filosofía es trabajar con lo que tenemos: ya tenemos el desecho de café (me pagan para que me lo quede) y cultivamos un hongo que en teoría es muy costoso mucho más barato y también más rápido gracias a la cafeína.
Más.
En las ciudades tenemos dos problemas: la necesidad de depurar las aguas, lo que cuesta dinero, y los vertederos de basura, que también cuestan dinero. Con la basura orgánica tratamos el agua y producimos biogás convirtiendo dos costos en un ingreso. Aprovechando una estructura que ya existe generamos agua potable, biogás y compost. En Seúl vamos a obtener 400 millones de metros cúbicos al año de biogás y también lo estamos poniendo en marcha en Suecia.
¿Podremos librarnos de las nucleares?
Eso pretendemos hacer en Alemania y Japón gracias a innovaciones que hacen mucho más efectiva la energía solar, los aerogeneradores y la depuración de agua, y que producen electricidad a menos de un céntimo de euro, mientras que las nucleares están vendiendo a 5,6 el kilovatio. Así obtendremos más energía de la que se está produciendo hoy en Alemania
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Politica sin Principios,
Ciencia sin Humanidad,
Religión sin Amor,
Comercio sin Etica,
no solo son inútiles,
sino completamente peligrosos.
- ¿Cómo alcanzaré la vida eterna?
- Ya es la vida eterna. Entra en el presente.
- Pero ya estoy en el presente...¿o no?
- No
- ¿Porqué no?
- Porque no has renunciado al pasado.
- ¿Y porqué iba a renunciar al pasado? No todo el pasado es malo.
- No hay que renunciar al pasado porque sea malo, sino porque está muerto.
Isaac Mao, bloguero, filósofo y emprendedor, 'hacker' y padre del 'sharismo'
Victor-M Amela, Ima Sanchís, Lluís Amiguet
"Caminamos hacia una mente colectiva hiperconectada"
Ideas claras
Defiende que la sociedad será más creativa y eficiente en la medida que seamos capaces de abandonar nuestra reticencia a compartir información e ideas, y a esa teoría, que expuso en la UOC, la llama sharismo. Dirige la Fundación Cerebro Social, que promueve los medios de comunicación social y la libre cultura en China. En el 2007 escribió una carta abierta a Google criticándolos por ceder a las presiones del Gobierno chino para censurar contenidos. Como buen hacker, es experto en los medios técnicos que el Gobierno de su país utiliza para censurar la información en internet. Fue el primero en publicar una entrada de blog (2002) en China y tiene miles de seguidores en el mundo.
¿La clave es conectarse y compartir?
Esa es mi historia. ...
De un bloguero hacker.
Por compartir, colgar mis conocimientos en la red y conectar a la gente, la Universidad de Harvard me invitó a investigar mi teoría.
¿Informática y neurociencia?
Esa es la base del sharismo, que el modelo de funcionamiento del cerebro humano inspire las redes de colaboración humanas.
Cuénteme.
Una simple célula es un procesador biológico eléctricamente excitable y muy poderoso, pero como todos sabemos, un grupo de neuronas forman redes ampliamente interconectadas y capaces de procesar información y aprender.
La red neuronal comparte actividad e información, cierto.
Y eso la mantiene activa y viva. Todas las neuronas funcionan básicamente según este principio de conectar y compartir.
De acuerdo, ahora llévelo a la práctica.
Podemos utilizar la red para, entre todos, hallar soluciones a todo. De hecho, ya hay muchos blogueros de distintos campos que comparten lo que saben en la red y ofrecen excelentes soluciones para temas sociales.
¿Y qué obtienen a cambio?
Te das cuenta de que las ideas creativas se retroalimentan a través del intercambio, se refuerzan, se mejoran. Verás tu idea puesta en circulación y republicada a través de las redes de otras personas, de forma que tu obra puede llegar a las masas en la red. Le aseguro que compartir da felicidad.
¿Qué más?
Las empresas también pueden beneficiarse del hecho de compartir su información, porque mucha gente participará en la mejora de sus productos y servicios si dan incentivos a quienes los ayuden.
Pero si lanzas tu idea a la red, pierdes la autoría, el grande se la apropia.
Si encontramos la solución final a una cuestión, la red permite rastrear esa idea hasta quien la propuso en primera instancia. El entorno está más protegido de lo que se piensa.
¿Cómo?
Ya hoy, en la mayoría de las aplicaciones sociales se pueden configurar los términos de uso, y cualquier violación de estos puede ser perseguida por los tribunales. También estamos intentando definir un sistema que llamamos el banco de compartir.
¿En qué consiste?
Mediría el volumen de conocimiento que compartes, que aportas, y el crédito te lo reconocerían desde distintos sistemas. Cuanta más gente remixe tus obras o ideas, más obtendrás a cambio, esa es la nueva fórmula económica.
¿Con qué resultados?
Las empresas que comparten en la red sus trabajos e investigaciones están recogiendo frutos, y las aportaciones a problemas sociales colectivos están funcionando mucho mejor y de forma mucho más creativa y barata que las soluciones que dan los gobiernos.
Propone un híbrido conectado de gente y software.
Exacto, la red equivale a un cerebro colectivo, y eso hace que estemos cambiando el sistema democrático tradicional hacia un nuevo sistema basado en esta inteligencia colectiva en el que todos pueden participar directamente al momento. Estamos entrando en la era de la Web 2.0.
Páginas que permiten la participación de los usuarios.
Cuanto más colectiva sea nuestra inteligencia, más sabias serán nuestras acciones. El sharismo será la política de la próxima superpotencia global: una nueva red humana unida por el software social.
Los estados se debilitarían.
Sí, pero la cultura local tomaría más fuerza, como en el caso de Oriente Medio, donde la conectividad entre las personas ha hecho que desde todo el mundo se apoyara a la gente en Egipto, Siria o Libia. El debate sobre la soberanía y los derechos humanos ha alcanzado un hito, incluso China votó a favor de la resolución para afrontar los problemas en Libia.
Algo les preocupa.
Sí, que se recuperen las protestas de Tiananmen y que se resuelva en el ámbito internacional. El sharismo nos permite una mejora de la justicia social.
¿La próxima revolución será en China?
Ya estamos en una revolución, la red bulle, cada vez más gente utiliza internet para hablar de lo que sucede a su alrededor y para tratar cuestiones sociales y criticar la corrupción del Gobierno e incluso desafiarle.
¿Y la censura informativa?
Cada vez hay más avances técnicos que permiten burlar la censura. El gran problema es que si accedes a información, es necesario tener una masa crítica que sepa lo que sucede, pero eso es cuestión de tiempo.
¿Se impondrá el sharismo?
Sólo necesitamos tecnología más avanzada, comprensible y barata para que el mundo se convierta en un híbrido de máquina y humano que dará lugar a mejores y más rápidas decisiones en cualquier momento y lugar.
¿Y aplicable a todo?
Sí, empresa, educación, justicia, democracia, investigación, denuncia... El flujo de comunicación entre mentes se hará más abierto, flexible y productivo. Redes que a su vez se conectan y reconectan sin miedo a compartir nos llevarán a un nuevo orden social: una revolución de la mente.
Hoy en la página de Rafapal leí que en la Puerta del Sol en Madrid, ayer se reunieron unas 800 personas a recitar el OM. Me pareció una noticia hermosa y que despierta la fe de que la conciencia de la gente cambia y elige reunirse nó para manifestarse violentamente exigiendo los cambios desde afuera sino para cantar el mantra sagrado que nos conecta con nuestro Ser interior desde donde empezarán a producirse los cambios que afecten al exterior.
Ilusionada busqué la noticia en los principales periódicos y nada. No había ni una sola mención a este hecho inusual. Dicen que la buena noticia no vende. No puede ser. Rafa lo habrá soñado? OOOOMMMMM, OOOOMMMMMM, OOOOMMMMM.
Y ahora después de alimentar el espíritu con el texto anterior, paso a dar la receta del pan que preparo para mí. Es una receta sencilla pero al hacerla le agrego la energía que sale de mis manos al amasar la mezcla y mi pensamiento es de gratitud hacia este alimento que está considerado sagrado en muchas culturas.
Se hace así:
Se coloca en un bol 20 grs. de levadura fresca, 1 cucharadita de azúcar, 2 cucharaditas de harina y agua tibia a cubrir. Tapar con un film transparente para que leve.
En una fuente grande colocar 500 grs. de harina (yo uso integral o espelta) 1 cucharadita de azúcar (sí, otra), 1 cucharadita de sal, la levadura cuando doble su volúmen, 2 cucharadas soperas de aceite y agua tibia para unir todos los ingredientes. Volcar sobre la mesada y amasar con mucho amor y mimo y poner en budinera forrada con papel vegetal. Guardar en el horno hasta que doble su volúmen y encenderlo una vez levado, para cocinar.
Este pan una vez frio se puede guardar en nevera envuelto en bolsa de plástico e ir cortando rodajas que podremos tostar en dias siguientes según nuestras necesidades.
"Esto quiere decir que, cada dia, tenemos el pan a nuestra disposición.
Existe, pues, un alimento para mí en el universo. Si quiero amor, hay amor para mí. Si quiero creatividad, la hay para mí. Si quiero placer, hay uno para mí. Si quiero conciencia, ella existe para mí. Hay todo lo que quiero. Si acepto al Padre interior, sé que cada dia tendré lo que me falta.
¡Y no digas<Dame el pan de todo el año>! Esto significa que te minimizas y que tienes necesidad de tranquilizarte.
......................................................................................................
¡Come tu pan hoy! Mañana ya se verá! Cada dia aporta su pan. Y cada vez el pan es distinto.
Cada dia tendré la conciencia.
Cada dia será la alegría, la calma, el amor, la creatividad.
Tendré la más grande de las compañías: la de mí mismo. Aprenderé a estar conmigo y, así, jamás resentiré soledad. Y, después, estaré con los otros. La soledad no existe.
Cuando amas a alguien, no le pidas más de lo que te da.
El camino se hace paso a paso. Si un paso es intenso y perfecto, el otro lo será también. Pensemos en dar perfectamente cada paso y no pensemos en el camino. No pidamos más que nuestro pan cotidiano. Es decir, aquí y ahora, nuestro presente. ¿ Presentimos el éxtasis que ésto representa? El pan cotidiano es todo el universo."
Estos hermosos párrafos pertenecen al libro "Evangelios para sanar" de Alejandro Jodorowsky.
Y ahora que tal si hacemos estas exquisitas galletas para tomar el mate de la mañana?
Ingredientes:
1y 1/2 taza de avena
1 taza de harina
1 cucharadita de polvo de hornear
1 cucharadita de azúcar
1/2 cucharadita de sal
75 grs. de mantequilla
1/2 taza de agua
Unir todos los ingredientes secos y agregar la mantequilla que se cortará con dos cuchillos o en su defecto se pone todo en la trituradora y queda perfectamente integrada a las harinas. Luego se coloca en un bol, se agrega el agua fria y se mezcla todo hasta formar una masa que se pueda estirar dejándola de unos 3 milímetros de espesor. Ahora cortar cuadrados, círculos, o lo que se les ocurra y colocar en horno moderado durante 12 o 15 minutos cuidando que no se doren demasiado.
A esta receta yo suelo agregarle en el momento de triturar unas nueces, lo que les da un toque distinto y un sabor especial.
En tu camino siempre hay personas que te enseñan, maestros, amigos, familiares....
¿Los sigues o los escuchas?
En la vida me he dado cuenta que hay personas que no saben...
y no saben que no saben.
Son tan inocentes como los niños.
Y nosotros debemos ayudarlos y animarlos a aprender.
Luego hay personas que no saben...
y no saben que no saben.
Tienen ganas de aprender.
Enséñales.
Después están las personas que no saben,
pero creen que saben...
Estas personas son peligrosas, evítalas.
Luego están las personas que saben...
pero no saben que saben...
...están dormidos.
Despiértalos
Luego están los que saben...
...y saben que saben...
Pero no sigas sus pasos, porque si saben que saben
no dejarán que les sigas, pero escucha muy bien
lo que tienen que decir...
Porque podrán decirte algo que te recuerde...
a las cosas que ya sabes.
Un día preguntó el Maestro: En vuestra opinión, ¿cuál es la pregunta religiosa más importante?
A modo de respuesta, escuchó muchas preguntas:
¿Existe Dios?, ¿Quién es Dios?, ¿Cuál es el camino hacia Dios?,
¿Hay vida después de la muerte?
No; dijo el Maestro, la pregunta más importante es: ¿Quién soy yo?
Los discípulos se hicieron alguna idea de lo que el Maestro quería insinuar cuando, le oyeron hablar con un predicador.
Maestro: Así pues, según tú, cuando hayas muerto tu alma estará en el cielo, ¿no es así?
Predicador: Si, así es.
Maestro: ¿Y tu cuerpo estará en la tumba... ?
Predicador: Exactamente.
Maestro: ¿Y dónde, si me permites la pregunta, estarás tú?.
Esta mañana abandonó Su cuerpo la encarnación divina que ha guiado mis pasos en los últimos 23 años. En todo este tiempo he leído Sus libros, Sus mensajes y he tratado de seguir Sus enseñanzas. Lo he visitado varias veces haciendo viajes largos y fatigosos pero con el corazón anhelante y lleno de júbilo porque iba a ver al Amor encarnado. Gracias a El he vivido experiencias que necesitarían un libro de más de mil páginas para contar. He sido testigo de múltiples milagros pero el milagro mayor es el que hizo con mi ser, con mis ideas, con mis creencias y preconceptos. Su aspecto de Dios destructor-trasmutador destruyó todo eso y luego con Amor de Madre-Padre divino enriqueció mi ser con nuevas ideas y creencias que hicieron que mi vida diera un vuelco y supiera (¡por fin!) lo que era ser feliz. El me enseñó el secreto y quiero contarlo: Hay que dar pero con Amor y agradecer al que nos posibilita hacer ese acto. Dar tiempo, consuelo, paz, un abrigo, alegría, alimento; se puede dar mucho pero para que el dar tenga valor tenemos que hacerlo con Amor viendo a Dios en el otro, entonces ese servicio se convierte en recompensa para nosotros. Porque qué mayor regalo podemos tener que el de servir a Dios?
"dando es como recibimos" dice Francisco de Asís en su famosa plegaria.
Para que lo tengamos bien claro: digamos que el servicio es como el número 0. Solo no representa ningún valor, pero si le agregamos delante el número 1 (que representa el Todo, el Amor inegoísta, Dios para otros) entonces su valor crece. Eso es lo que mi Conductor me enseñó. Lo demás es dádiva, beneficencia, limosna. Cosas que hacemos desde el ego y que tiende a separarnos de los otros. El ego aísla y el Amor une.
Después de haber llorado desde mi parte egoísta (siempre lloramos por nosotros), ha entrado la paz en mí y he recordado todo lo que he recibido de Sus manos. Agradezco cada segundo desde que lo conocí a través de un sueño. Mi corazón se expande ante tanto amor como el que siento por El y toda la creación.
Después de tomar unos mates viendo la brisa jugar con las ramas de un árbol, sentí la necesidad de escribir ésto. Curiosamente ya no me siento huérfana de Dios.
Norma
La luna se moría de ganas de pisar la tierra.
Quería probar las frutas y bañarse en algún río.
Gracias a las nubes, pudo bajar. Desde la puesta del
sol hasta el alba, las nubes cubrieron el cielo para que nadie
advirtiera que la luna faltaba.
Fue una maravilla la noche en la tierra. La luna paseó por la selva
del alto Paraná, conoció misteriosos aromas y sabores y nadó
largamente en el río. Un viejo labrador la salvó
dos veces. Cuando el jaguar iba a clavar sus
dientes en el cuello de la luna, el viejo
degolló a la fiera con su cuchillo; y cuando la luna tuvo hambre la llevó a su casa.
"Te ofrecemos nuestra pobreza", dijo la mujer del
labrador, y le dio unas tortillas de maíz.
A la noche siguiente, desde el cielo, la luna se asomó a la casa de
sus amigos. El viejo labrador había construído su choza en un claro
de la selva, muy lejos de las aldeas. Allí vivía, como en un exilio,
con su mujer y su hija.
La luna descubrió que en aquella casa no quedaba nada que comer.
Para ella habían sido las últimas tortillas de maíz.
Entonces iluminó el lugar con la mejor de sus luces y pidió a las nubes que dejasen caer,
alrededor de la choza, una llovizna muy especial.
Al amanecer en esa tierra habían brotado unos árboles desconocidos.
Entre el verde oscuro de las hojas, asomaban las flores blancas.
Jamás murió la hija del viejo labrador. Ella es la dueña de la yerba
mate y anda por el mundo ofreciéndola a los demás.
La yerba mate despierta a los dormidos, corrige a los haraganes y
hace hermanas a las gentes que no se conocen.
Ayer a la tarde tomando mate con mi hijo y a cuento de que el pan de frutos secos que compré el dia anterior no le gustó, me tiró esta sugerencia:-"Porqué no hablas en tu blog de que se puede comer sano pero con sabores agradables, con condimentos...."
Sí, creo que tiene razón. Cuando él nació hacía siete años que yo era vegetariana. Creo que el vegetarianismo no es una estación a la que uno llega sino un camino que todos los dias nos muestra paisajes distintos. Es un camino de experimentación y muy personal, además.
Cambiar la forma de alimentarse hace que uno poco a poco cambie los pensamientos, los sentimientos y las emociones.
Empecé este cambio como la mayoría: por motivos de salud y mi primer "maestro" fue un libro que me regaló mi amiga Olga. Se llama "El régimen lo hace todo" de Gayalord Hauser, y aunque en él había recetas con carne, yo aprendí a comer productos integrales, soja, yogurt y un montón de alimentos de los cuales ignoraba todo, es decir sus nutrientes desde las proteínas a los minerales.
Después de ése vinieron otros libros "maestros". De todos aprendí y les agradezco. Cada tanto cambio mi dieta, quitando e incorporando nuevos alimentos. Actualmente no consumo productos de soja, ni harina integral, ni patatas, ni tomates, ni berenjenas. Pero no los he descartado de forma radical y de vez en cuando los como.
Trato de darle a mis comidas presencia y sustancia. Las especias son fundamentales a la hora de elaborar un plato. La sal es muy importante pero hay naturistas que le huyen por desconocimiento de las propiedades que tiene para el organismo. También tiene su importancia la forma de cocción y los colores. Porque uno come con los ojos, con el olfato y con el paladar. También con los oídos porque no es lo mismo comer teniendo una charla relajada y escuchando música suave que discutir sobre el índice inflacionario del último mes.
Lo ideal es que uno prepare su propio alimento y lo haga con la misma dedicación y amor con la que hace una actividad creativa.
Cocinar es un arte, esfímero como decía mi madre al ver que su "obra" en la que había invertido varias horas desaparecía en breves minutos.
Seguidamente pondré una receta para los que quieran ir dejando la carne. La aprendí en un curso que hice hace varios años y que daba la iglesia Adventista. Ellos la llaman "Pan de carne" y una vez hecho se puede usar como si fuera ternera. Es muy nutritiva y agregándole especias de nuestro agrado se pueden hacer comidas muy atractivas.
Ahí va:
Ingredientes:
3 tazas de gluten
1/2 taza de harina
1/2 taza de germen de trigo
1/2 taza de nueces molidas
1 cucharita de sal del Atlántico
3 tazas de agua
1/2 taza de aceite
Condimentos varios: orégano, albahaca, jengibre, comino, etc. (a gusto)
Preparación:
Se unen todos los ingredientes secos en un bol y se le agrega rápidamente el agua mezclada con el aceite, uniendo todo. El gluten hará que se absorba el líquido muy pronto. Envolver en un lienzo como si fuera un matambre atando las puntas y volcar en una olla con abundante agua hirviendo en la que podremos poner una cucharada de sal, hojas de laurel, cebolla, etc.
En olla común y tapada cocinar durante 1 hora. En olla a presión solamente 1/2 hora. Una vez cocinada, retirar con cuidado la tela que la envuelve y colocarla en una fuente, sobre ella una tabla con un peso para que elimine un poco del líquido. Al enfriarse llevarla a la nevera y al dia siguiente estará lista para consumir.
Sugerencias:
Se cortan filetes y se tiran en la plancha vuelta y vuelta.
Se cortan filetes y se decoran con mayonesa, olivas, tiritas de pimiento y lo que se nos ocurra.
Se pasan por huevo batido con ajo y perejil y luego por pan rallado y se fríen hasta que estén doradas de ambos lados.
Se muele un trozo de "carne" y se usa para hacer albóndigas, relleno de empanadas o de vegetales.