domingo, 26 de junio de 2011

George Ivanovich Gurdjieff

Este decálogo es tan completo y profundo que trasciende y abarca toda religión. Es lo que debe ser. A lo que aspiramos todos los que trabajamos para mejorarnos y enriquecernos por dentro, dia a dia.


"Termina siempre lo que comenzaste.
Haz lo que estás haciendo lo mejor posible.
No te encadenes a nada que a la larga te destruya.
Desarrolla tu generosidad sin testigos.
Trata a cada persona como si fuera un pariente cercano.
Ordena lo que has desordenado.
Aprende a recibir, agradece cada don.
Cesa de autodefinirte.
Ayuda a tu prójimo sin hacerlo dependiente.
Haz planes de trabajo y cúmplelos.
No ocupes demasiado espacio.
No te apropies de nada ni de nadie.
Reparte equitativamente.
No emitas juicios ni críticas cuando desconozcas la mayor parte de los hechos.
No establezcas amistades inútiles.
No sigas modas.
No te vendas.
Respeta los contratos que has firmado.
Sé puntual.
No envidies los bienes o los éxitos del prójimo.
Habla sólo lo necesario.
Realiza tus promesas.
En una discusión ponte en el lugar del otro.
No elimines, transforma.
Vence tus miedos, cada uno es un deseo que se camufla.
Ayuda al otro a ayudarse a sí mismo.
Transforma tu odio en caridad.
No te alabes ni te insultes.
Desarrolla tu imaginación.
No te adornes con ideas ajenas.
No rindas cuentas a nadie, sé tu propio juez.
Nunca te definas por lo que posees.
Nunca hables de ti sin concederte la posibilidad de cambiar.
Cuando te enfermes, en lugar de odiar ese mal considéralo tu maestro.
No mires con disimulo, mira fijamente.
En el lugar en que habites consagra siempre un sitio a lo sagrado.
Si dudas entre hacer y no hacer, arriésgate y hazlo.
Obtén para repartir.
Si estás meditando y llega un diablo, pon ese diablo a meditar."

sábado, 11 de junio de 2011

La libertad de pensar

En estos momentos donde el peligro de una manipulación de la mente humana ya ha dejado de ser una idea disparatada para convertirse en una realidad, encontrar estos párrafos escritos por Andreas Faber Kaiser es todo un desafío y una revelación. Aprovechemos este recurso que está en nosotros para contrastar toda la información  que nos llega. No seamos ingenuos, ya casi no tenemos libertades. Busquemos en nuestro interior las respuestas, confiemos en nuestra conciencia. Somos tan libres como nos permitamos ser.

Para no dejarse arrastrar por la corriente sólo queda un recurso. Afortunadamente, al alcance de todos y cada uno de nosotros: pensar. Uno puede estar limitado por el medio en el que se ve obligado a moverse, pero lo que uno no puede permitir jamás es que otros decidan por él.
 … Ninguna secta, ninguna religión, ningún grupo, ningún partido, ningún gobierno, ninguna nación, ningún equipo deportivo, ningún medio informativo, ningún líder, ningún mensaje del más allá debe ser nunca más importante que uno mismo. Porque ello supone indefectiblemente la pérdida de la libertad personal de cada uno. Sólo cuando hayan quedado desmontadas todas las religiones, todos los grupos, todos los sistemas de gobierno, todos los sistemas de dominio, todas las formas de influencia, sólo entonces todos y cada uno de los individuos de la especie humana podrán considerarse intrínsecamente libres. Pero insisto en que el alcance de esta utopía sólo será factible cuando todos y cada uno de esos individuos apliquen la herramienta que para ello les ha dado la naturaleza (por decir alguna cosa): la facultad de raciocinio, la facultad de pensar.
 … Por esa meta vale la pena luchar con todas nuestras fuerzas, porque si perdemos esa batalla perderemos con ella la única libertad que nos queda. Que cada cual sea dueño única, pero totalmente de su mente. Porque la libertad mental es la que más nos permite aproximarnos al ideal de libertad.