domingo, 24 de abril de 2011

HUÉRFANA DE DIOS

   Esta mañana abandonó Su cuerpo la encarnación divina que ha guiado mis pasos en los últimos 23 años. En todo este tiempo he leído Sus libros, Sus mensajes y he tratado de seguir Sus enseñanzas. Lo he visitado varias veces haciendo viajes largos y fatigosos pero con el corazón anhelante y lleno de júbilo porque iba a ver al Amor encarnado. Gracias a El he vivido experiencias que necesitarían un libro de más de mil páginas para contar. He sido testigo de múltiples milagros pero el milagro mayor es el que hizo con mi ser, con mis ideas, con mis creencias y preconceptos. Su aspecto de Dios destructor-trasmutador destruyó todo eso y luego con Amor de Madre-Padre divino enriqueció mi ser con nuevas ideas y creencias que hicieron que mi vida diera un vuelco y supiera (¡por fin!) lo que era ser feliz. El me enseñó el secreto y quiero contarlo: Hay que dar pero con Amor y agradecer al que nos posibilita hacer ese acto. Dar tiempo, consuelo, paz, un abrigo, alegría, alimento; se puede dar mucho pero para que el dar tenga valor tenemos que hacerlo con Amor viendo a Dios en el otro, entonces ese servicio se convierte en recompensa para nosotros. Porque qué mayor regalo podemos tener que el de servir a Dios?
   "dando es como recibimos" dice Francisco de Asís en su famosa plegaria.

  Para que lo tengamos bien claro: digamos que el servicio es como el número 0. Solo no representa ningún valor, pero si le agregamos delante el número 1 (que representa el Todo, el Amor inegoísta, Dios para otros)  entonces su valor crece. Eso es lo que mi Conductor me enseñó. Lo demás es dádiva, beneficencia, limosna. Cosas que hacemos desde el ego y que tiende a separarnos de los otros. El ego aísla y el Amor une.
  Después de haber llorado desde mi parte egoísta (siempre lloramos por nosotros), ha entrado la paz en mí y he recordado todo lo que he recibido de Sus manos. Agradezco cada segundo desde que lo conocí a través de un sueño. Mi corazón se expande ante tanto amor como el que siento por El y toda la creación.
  Después de tomar unos mates viendo la brisa jugar con las ramas de un árbol, sentí la necesidad de escribir ésto. Curiosamente ya no me siento huérfana de Dios. 
                                                                                                               Norma
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario